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¿Puede el sol prevenir y curar el cáncer de piel?

Las mediciones llevadas a cabo en Estados Unidos desde 1974 señalan que las radiaciones de rayos UV que llegan a la superficie terrestre disminuyen ligeramente año tras año.
Cielo azul con sol brillando
En la actualidad, una de las principales preocupaciones de los científicos es el extraordinario aumento del cáncer de piel en todo el mundo. Existen tres tipos principales de cáncer de piel, dos de los cuales –el carcinoma de las células basales y el carcinoma escamoso (no melanomas)– son cada vez más frecuentes, mientras que el tercero, el melanoma maligno, es más infrecuente, pero más letal.
 
La pregunta más acuciante es: ¿por qué iba el Sol a volverse de pronto tan maligno e intentar matar a tantas personas cuando lleva miles de años sin hacer daño a nadie? La profesión médica afirma que los rayos ultravioleta (UV) son la causa principal del cáncer de piel. Esta teoría se basa en la suposición de que la fina capa de ozono de nuestro planeta permite que penetre en la superficie terrestre una cantidad demasiado abundante de estos rayos, que causaría toda clase de desperfectos, como lesiones en nuestra piel y nuestras células oculares. Sin embargo, esa teoría tiene importantes fallos y carece de cualquier fundamento científico. Contrariamente a la creencia general, no existe ninguna prueba de que la reducción de la capa de ozono observada en los polos terrestres haya ocasionado un aumento de los melanomas. La capa de ozono que se halla en la estratosfera destruye o filtra la frecuencia germicida de los rayos UV, de modo que tan sólo pequeñas cantidades –las necesarias para purificar el aire que respiramos y el agua que bebemos– alcanzan realmente la superficie terrestre. A ese efecto, un estudio realizado en Punta Arenas, la mayor ciudad sudamericana que se encuentra próxima al agujero de la capa de ozono del Antártico, no mostró ningún incremento de las afecciones relacionadas con el agotamiento del ozono. De hecho, las cantidades de rayos UV medidas eran demasiado pequeñas para tener un efecto palpable.

«No existe prueba alguna de que la exposición a la luz solar provoque melanomas.»

Bernard Ackerman, Dermatólogo (Ganador del Master Award de la Academia de Dermatología de Estados Unidos).

Las mediciones llevadas a cabo en Estados Unidos desde 1974 señalan que las radiaciones de rayos UV que llegan a la superficie terrestre disminuyen ligeramente año tras año. Esta investigación se emprendió para detectar la frecuencia de la radiación UV que ocasiona quemaduras solares. De 1974 a 1985, la radiación UV ha disminuido un 0,7 % anual y ha seguido descendiendo. El hecho de que el número de casos de cáncer de piel en Estados Unidos se haya duplicado durante este período de 11 años se contradice con la teoría de que la luz UV es la causante de la epidemia del cáncer de piel.
 
En 1980, en Estados Unidos se diagnosticaron 8.000 casos de cáncer de piel maligno (melanomas), que ocho años después habían aumentado un 350 %, sumando un total de 28.000 casos. La posibilidad de desarrollar un melanoma en 1930 era tan sólo de una por cada 1.300 personas. Desde 2003, cada año se diagnostican en Estados Unidos de 45.000 a 50.000 nuevos casos. Los melanomas, que causan el 75 % de los decesos por cáncer de piel, constituyen tan sólo un 5 % de la totalidad de los casos de cáncer de piel diagnosticados. Lo más sorprendente de esta forma letal de cáncer es que puede aparecer en zonas del cuerpo que no se exponen normalmente al Sol, como los ojos, el recto, la vagina, la boca, el tracto respiratorio, el tracto digestivo y la vejiga urinaria.
 
En resumen, desde el inicio del nuevo milenio, en Estados Unidos se diagnostica cada año un millón de casos de cáncer de piel de uno u otro tipo. En la actualidad hay millones de pacientes a los que se les ha hecho creer que el Sol es el culpable de su enfermedad cutánea. Sin embargo, dado que las radiaciones de rayos UV disminuyen cada año y el cáncer de piel era una enfermedad muy poco común hace 100 años, cuando las radiaciones eran mucho mayores y la gente pasaba mucho más tiempo al aire libre, ¿qué otros factores son los responsables del cáncer de piel?
Moritz, Andreas. Los secretos eternos de la salud (SALUD Y VIDA NATURAL) (Spanish Edition) (pp. 603-605). EDICIONES OBELISCO S.L.. Kindle Edition.
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