La crioterapia o terapia de frío es un tratamiento que expone tu cuerpo a temperaturas extremadamente frías durante un tiempo breve. Puede ser mediante duchas de agua fría o sumergirse de cuerpo entero en piletas con agua y hielo. También pueden hacerse en piscinas en la mañana cuando el agua esta muy fría.
Recomendamos primero comenzar con las duchas frías. Una buena forma de empezar sería, luego de las duchas calientes, cambiar a ducha fría por 10 segundos y así progresivamente hasta llegar a los 30-60 segundos por ducha.
Luego para la sumersión en agua helada, recomendamos también comenzar de a poco e ir aumentando el tiempo de exposición hasta llegar a los 10 minutos diarios. También puede superar los 10 minutos si lo soportan, pero yendo de a poco.
Beneficios:
- Ayuda a aliviar los dolores musculares y articulares que provocan condiciones como la artisis, mejorando la movilidad y la inflamación y reduciendo el uso de analgésicos.
- Estimula el sistema inmunológico y activa el proceso de curación natural del cuerpo al reponer el torrente sanguíneo y proporcionar oxígeno, enzimas y nutrientes.
- Promueve la recuperación rápida después del ejercicio.
- Retrasa el envejecimiento. Proporciona un efecto rejuvenecedor en la piel madura y suelta ya que estimula la producción de colágeno y celular, reduciendo los depósitos de grasa.
- Mejora el ciclo del sueño.
- Ayuda a controlar el estrés, la ansiedad y la depresión ya que puede provocar respuestas hormonales fisiológicas positivas, como adrenalina, noradrenalina y endorfinas. También puede ayudar a reducir los niveles de cortisol (hormona inductora de estrés) en el sistema.
- Eleva el estado de ánimo, mejora la memoria y aumenta la energía.