No es necesario llevar una dieta vegetariana para gozar de las ventajas de una dieta y un estilo de vida ayurvédicos. Sin embargo, a menudo se considera necesaria una dieta vegetariana equilibrada, sobre todo cuando el cuerpo está afectado por una enfermedad. Los vegetarianos creen desde siempre que seguir una dieta puramente vegetariana puede contribuir a mejorar la salud y la calidad de vida. Más recientemente, la investigación médica ha revelado que una dieta vegetariana perfectamente equilibrada puede ser, en efecto, la más sana de todas. Así lo demostraron los más de 11.000 voluntarios que participaron en el Oxford Vegetarian Study. Durante un período de 15 años, los científicos estudiaron los efectos de una dieta vegetariana en la longevidad, la cardiopatía, el cáncer y otras enfermedades.
«Quienes comen menos carne también tienen menos problemas con el colesterol. El Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos halló, en un estudio con 50.000 vegetarianos, que éstos viven durante más tiempo y, asimismo, tienen una incidencia de cardiopatías mucho más baja y de cáncer significativamente menor que los estadounidenses carnívoros. «
Andreas Moritz
Los resultados del estudio dejó atónita tanto a la comunidad vegetariana como a la industria cárnica: «Los carnívoros tienen el doble de probabilidades de fallecer de alguna enfermedad del corazón, tienen un 60 % más riesgo de perecer de cáncer y un 30 % más riesgo de fallecer de otras causas». Además, la incidencia de la obesidad, que es un importante factor de riesgo de muchas enfermedades, entre ellas la colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), la hipertensión arterial y la diabetes adulta, es mucho menor en quienes siguen una dieta vegetariana. De acuerdo con un informe científico de la Universidad Johns Hopkins sobre una veintena de estudios publicados y sondeos nacionales sobre el peso corporal y los hábitos alimentarios, los estadounidenses de todos los grupos de edad, sexos y razas están engordando. Si se mantiene esta tónica, en el año 2015 el 75 % de los adultos estadounidenses tendrán sobrepeso. Ahora casi se considera normal tener sobrepeso o ser obeso. Más del 80 % de las mujeres afroamericanas de más de 40 años de edad tienen sobrepeso, y el 50 % se corresponden con la categoría de obesas. Esto les expone a un alto riesgo de sufrir una enfermedad del corazón, diabetes y diversos tipos de cáncer. Una dieta vegetariana equilibrada puede ser la respuesta a la actual pandemia de obesidad en Estados Unidos y muchos otros países.
Lo que comemos es muy importante para nuestra salud. De acuerdo con la American Cancer Society, hasta el 35 % de los 900.000 nuevos casos de cáncer que se producen cada año en Estados Unidos podrían evitarse si se siguiera una recomendación dietética adecuada. El investigador Rollo Russell escribe en sus Notas sobre el origen del cáncer: «He descubierto que de 25 países en los que se come mucha carne, 19 tenían una elevada tasa de cáncer y sólo uno una tasa reducida, y que 35 países donde se consume muy poca carne o no se consume nada de carne, ninguno tenía una tasa elevada».
¿Podría el cáncer dejar de ser una amenaza para las sociedades modernas si éstas volvieran a una dieta vegetariana equilibrada? La respuesta es «sí», de acuerdo con dos importantes informes, uno del Fondo Mundial de Investigación sobre el Cáncer y el otro del Comité sobre los aspectos médicos de los alimentos y la política nutricional en el Reino Unido. Los informes concluyen que una dieta rica en alimentos vegetales y el mantenimiento de un peso corporal saludable permitirían evitar cada año cuatro millones de casos de cáncer en todo el mundo. Ambos informes subrayan la necesidad de incrementar la ingesta diaria de fibra vegetal, frutas y verduras y de reducir el consumo de carne roja y procesada a menos de 80 o 90 g.
Si el lector suele comer carne regularmente y desea adoptar una dieta vegetariana, no conviene, a menos que sufra alguna enfermedad cardiovascular importante, que renuncie inmediatamente a todos los alimentos cárnicos. El sistema digestivo no puede adaptarse a una dieta sustancialmente diferente de un día para otro. Lo mejor es empezar reduciendo el número de comidas que contienen carne de vaca, cerdo, ternera y cordero y tomar en su lugar pollo y pescado. Con el tiempo, se comprobará que también es capaz de consumir menos pollo y pescado sin poner a prueba la fisiología a causa de un ajuste demasiado rápido.
Nota: aunque el contenido en ácido úrico del pescado, el pavo y el pollo es menor que el de la carne roja y, por tanto, aquellos no hacen trabajar tanto a los riñones y tejidos del cuerpo, el grado de lesiones causadas a los vasos sanguíneos y al tracto intestinal por tomar esas proteínas coaguladas no es menor que cuando se consume carne roja.
Moritz, Andreas. Los secretos eternos de la salud (SALUD Y VIDA NATURAL) (Spanish Edition) (pp. 381-384). EDICIONES OBELISCO S.L.. Kindle Edition.