Written by 2:40 pm Cálculos renales

Tipos de cálculos renales y sus efectos

Las piedras de fosfato se forman especialmente al ingerir demasiados alimentos ricos en fosfatos y bajos en calcio, como carne, cereales procesados del desayuno, pan, pasta y frutos secos, así como bebidas carbónicas.
Hombre con dolor de riñones

Los solutos más comúnmente implicados en la formación de cristales y cálculos son los oxalatos, los fosfatos, los uratos, el ácido úrico y los aminoácidos cistina y la cisteína. A partir de estos solutos, se pueden formar, por distintos motivos, hasta ocho variedades de cristales o piedras, cálculos renales. 

Los alimentos y las bebidas que contienen grandes cantidades de ácido oxálico originan cálculos de oxalato. Una taza de té (pero no el té verde, ni las infusiones) contiene unos 20 mg de ácido oxálico, una cantidad excesiva para que puedan excretarla los riñones. De entrada, el cuerpo utiliza calcio para neutralizar el ácido, pero, al hacerlo, el ácido oxálico se convierte en oxalato de calcio. Si se bebe té de modo habitual, en los riñones se deposita un exceso de oxalato en forma de cristalitos diminutos. El chocolate, las bebidas a base de cacao y los helados de chocolate también contienen muchos oxalatos. Todos aquellos –especialmente los niños, pues sus riñones son todavía muy pequeños y sensibles– que consumen o han consumido estos alimentos pueden desarrollar cálculos renales de oxalato. Por otra parte, si se ingiere más de 200 mg de vitamina C al día, parte de ella puede convertirse en oxalato. A excepción de una pequeña proporción que el organismo utiliza, el resto se excreta a través de los intestinos y la orina. La vitamina C no es tan inocua como se cree, sobre todo si es sintética y se presenta de forma aislada. 

“Muchos cálculos renales se forman debido a la insuficiente ingesta de agua y al consumo de bebidas que tienen efectos deshidratantes, además de carne, edulcorantes, azúcar, alcohol, te, café y soda. Por otra parte, fumar o ver la televisión demasiadas horas tiene un efecto deshidratante en el cuerpo y hace que la orina esté demasiado concentrada. Esto potencia la solidificación de las sustancias que hay en la orina. 

Andreas Mortiz.

Otro tipo de cálculos renales es el formado por cristales de ácido úrico. El ácido úrico es un resto orgánico formado por las purinas de los alimentos. Los alimentos con mayor contenido en purina son:

  • Carne de vacuno
  • Panceta
  • Lengua de ternera
  • Carpa
  • Pollo y sopa de pollo
  • Bacalao
  • Pato
  • Oca
  • Fletán o halibut
  • Sardinas en lata
  • Hígado
  • Riñones
  • Corazón
  • Extracto de carne, caldos
  • Salmón en conserva
  • Concentrados para condimentar
  • Escalope
  • Arenque
  • Pejerrey
  • Huevas
  • Caldo de carne
  • Perca
  • Lucio
  • Cerdo
  • Conejo
  • Cordero
  • Marisco
  • Trucha
  • Pavo
  • Choto
  • Levadura
  • Mollejas
  • Anchoa
  • Lentejas

Como puede verse en este listado, las proteínas animales y el pescado son los alimentos que generan más ácido úrico. Cuando las proteínas se asimilan en el hígado, el ácido úrico pasa a los riñones para que éstos lo excreten a través de la orina. Si los riñones no son capaces de eliminar el ácido úrico, su concentración en la sangre aumenta. A consecuencia de ello, el ácido úrico sobrante se deposita, en primer lugar, en aquellas zonas del cuerpo en que la circulación sanguínea y el suministro de oxígeno son deficientes, esto es, en los dedos de los pies y de las manos. Estos depósitos de ácido úrico y de otras sustancias dañinas en los dedos de los pies y de las manos pueden hacer que las articulaciones se queden rígidas, entumecidas y deformadas (conviene examinar atentamente los dedos pequeños de los pies, que son un reflejo del estado en que se encuentra la vejiga).

Naturalmente, donde se acumulen residuos orgánicos, ya sea dentro o fuera del cuerpo, habrá también bacterias especializadas en acabar con ellos. Por consiguiente, cualquier depósito de ácido úrico en el cuerpo atrae a ciertas bacterias aeróbicas para descomponer ese producto de desecho en amoniaco. Cuando las bacterias que se alimentan de los cristales de ácido úrico invaden en cantidades importantes los tejidos saturados de desechos, aparece la inflamación y el dolor. La artritis y la gota son los síntomas más comunes en esta involuntaria «respuesta depuradora». Los cristales de ácido úrico en los dedos de los pies están constituidos por el mismo material que los cálculos de ácido úrico de los riñones.

En los talones puede ocurrir otro tanto. Los espolones de los pies se deben a los depósitos de ácido úrico y de otros fosfatos. El ácido úrico atrae a las bacterias, que originan el dolor, y los fosfatos son los responsables de la rigidez de las articulaciones. Estas dolencias pueden venir acompañadas de inflamación o edemas en pies y tobillos.

Tal y como hemos citado anteriormente, los riñones y las glándulas adrenales regulan los niveles de sal y de agua en todo el cuerpo. Si estas funciones se malogran debido a la presencia de cálculos renales, el cuerpo puede llegar a acumular agua en los pies, las piernas, el abdomen, el rostro, los brazos y los órganos internos del cuerpo.

La ingesta de gran cantidad de alimentos que forman ácidos, como carne, pescado, productos lácteos, comidas preparadas, dulces, azúcar y cosas por el estilo, obliga al organismo a eliminar sus valiosos minerales, con lo que se altera el pH (equilibrio ácido/alcalino) de la orina. Este proceso no sólo provoca deficiencias minerales en el cuerpo, especialmente en huesos y dientes, sino que además hace que la orina, cuyo filtrado es normalmente ácido, se torne alcalino. En la orina alcalina pueden precipitarse otras sustancias, entre ellas los fosfatos.

“Las piedras de fosfato se forman especialmente al ingerir demasiados alimentos ricos en fosfatos y bajos en calcio, como carne, cereales procesados del desayuno, pan, pasta y frutos secos, así como bebidas carbónicas. “

Andreas Mortiz.

A fin de equilibrar el elevado porcentaje de fosfatos ácidos, que pueden deteriorar fácilmente los delicados riñones, el cuerpo aporta una cantidad adicional del calcio de los huesos y dientes y utiliza todo el magnesio que puede extraer de alimentos como las verduras. Como ya se ha dicho, para neutralizar la acidez de una lata de refresco, el organismo necesita más de nueve litros de agua. Así pues, hay que tratar bien a los riñones y beber agua en vez de cualquier tipo de refresco a que se esté acostumbrado.

La presencia de fosfatos en el organismo genera un entorno ácido, que disuelve literalmente los huesos y conduce a la osteoporosis y al encogimiento del cuerpo. También favorece la destrucción de los dientes, las enfermedades coronarias, el cáncer y otras afecciones relacionadas con la falta de calcio. Una persona que elimine en la orina más de 150 mg de calcio en 24 horas –una medida de emergencia del cuerpo para combatir una acidez excesiva– se halla en un proceso acelerado de disolución ósea. Parte del calcio se une a los fosfatos formando cristales de fosfato cálcico, lo cual conduce al endurecimiento de las arterias y a la artritis.

También hay que tener en cuenta que un exceso de cloruro sódico (sal de mesa) en la dieta predispone a la formación de piedras en el riñón. Además, por cada gramo de cloruro sódico que el cuerpo no pueda eliminar, utiliza 23 veces esa cantidad de agua para neutralizar la sal, lo cual provoca retención de líquidos, celulitis, artritis, gota, reumatismo y cálculos biliares. Ésta es una cuestión muy importante para aquellas personas que suelen tomar platos preparados (90 % de los norteamericanos, por ejemplo), que están repletos de sal de mesa, que es muy tóxica. Así, por ejemplo, un norteamericano medio toma de 4.000 a 6.000 mg de cloruro sódico al día. Sin embargo, la sal no refinada no tiene el mismo efecto. En realidad, la auténtica sal contiene un nutriente esencial sin el cual el cuerpo se vería seriamente afectado.

Moritz, Andreas. Los secretos eternos de la salud (SALUD Y VIDA NATURAL) (Spanish Edition) (pp. 140-145). EDICIONES OBELISCO S.L.. Kindle Edition.

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